En la
Semana Mayor se calcula que se comercializan más de 20 millones de huevos de
iguana.
Se hace un llamado a la
ciudadanía para que se denuncie las prácticas ilegales ante las autoridades.
La costa Caribe y los llanos Orientales, las
regiones más críticas
Ecopetrol, en asocio con el
Instituto Alexander von Humboldt y la Fundación Omacha, hace un llamado urgente
a comunidades y autoridades para frenar el tráfico y consumo de iguanas,
tortugas de río y sus huevos, especies severamente golpeadas durante la época
de Semana Santa.
Reportes de proyecto ‘Iguana Viva’, que durante dos años
adelantaron Ecopetrol y el Humboldt, dan cuenta de extracciones anuales de más
de 20 millones de huevos de iguana durante Semana Santa en la Costa Atlántica.
El proyecto ‘Iguana Viva’ investigó la especie
insignia de Ecopetrol con miras a protegerla. Según sus reportes, la cadena de
comercialización ilegal de huevos de iguana tiene muchos eslabones que terminan
constituyendo negocios que, en temporada reproductiva (los meses de febrero y
marzo), pueden mover grandes cantidades de dinero.
Usualmente en la costa
Caribe son los niños y los jóvenes quienes empiezan con el negocio con ventas
fortuitas. Posteriormente, la comercialización se hace a gran escala con
centros de acopio que pueden llegar a almacenar millares de huevos que se
distribuyen en ventas ambulantes. Se calcula que un racimo o ‘tira’ de 15
huevos se vende a 7.500 pesos.
Lo más preocupante es la
práctica de extracción de los huevos que se hace de manera antitécnica, muchas
veces provocándole la muerte a las especies o dejándolas estériles, lo que
significa que no pueden reproducirse en el futuro.
La iguana verde ha
colonizado el bosque húmedo tropical y puede vivir de forma exclusivamente
arbórea, descendiendo al suelo principalmente para anidar. La especie puede
verse en casi todas las zonas bajas del país y es común en zonas rurales y
urbanas.
Tortugas, apetecidas por su
carne blanca
Entre tanto, la charapa y
la terecay (Podocnemis expansa y
Podocnemis unifilis), dos de las especies de tortugas más importantes de
Suramérica, también corren con la misma suerte de las iguanas en la Semana
Mayor por el consumo intensivo de su carne y sus huevos en los Llanos
colombianos pese a estar prohibido.
Estas especies ostentan hoy
el no menos célebre rótulo de amenaza de extinción. Se encuentran en estado
crítico para la Orinoquia colombiana, de acuerdo con la Convención Cites que
regula el comercio de fauna silvestre en el mundo.
Precisamente para evitar la
extinción, Ecopetrol ha trabajado de la mano de varias entidades para la
conservación de las tortugas amenazadas en los humedales llaneros. Uno de los
proyectos bandera es el Atsapani, que se adelantó con las fundaciones Omacha y
Palmarito en los ríos Meta, Bita y Orinoco.
La fundación Omacha,
titular de Atsapani, también forma parte del Proyecto Vida Silvestre (PVS) que
trabaja para la conservación de 10 de las especies más amenazadas de fauna y
flora de Colombia, entre las cuales se encuentra la tortuga charapa. El
proyecto es financiado por Ecopetrol y coordinado por Wildlife Conservation
Society (WCS) a través de las 10 organizaciones que más conocimiento tienen en
el país acerca de estas especies.
Durante la época de
Cuaresma y Semana Santa las personas tienen en sus manos la posibilidad de
apoyar la conservación de estas especies vulnerables evitando el consumo de su
carne y sus huevos o, en su defecto, denunciando las prácticas ilegales ante
las autoridades competentes.
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