GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y SUS RAÍCES GUAJIRAS
Matilde González Ferrer
Sólo
entonces descubrió que Amaranta Úrsula no era su hermana, sino su tía, y que
Francis Drake había asaltado Riohacha solamente para que ellos pudieran
buscarse por los laberintos más intrincados de la sangre.
Cien
Años de Soledad (fragmento).
Hace treinta años, en 1982, Colombia se hizo
visible en el plano cultural mundial. Gabriel García Márquez, recibió el Premio
Nobel de Literatura e hizo resonar, desde Estocolmo, los nombres de Colombia,
su país natal, y del Caribe, su nación soñada. Lo que desconocen muchos
colombianos es que este es también un triunfo en el que La Guajira jugó un rol
fundamental.
La obra garcíamarquiana refleja un universo
mágico donde las reglas de la naturaleza se mueven a través de designios
caprichosos. Este universo gestado por el Nobel tiene su origen en la realidad
cultural de La Guajira; una realidad que él mismo se dedico a explorar a través
de un viaje en el que recorrió de manera inversa la ruta que llevó a sus
abuelos y a su madre desde Riohacha hasta Aracataca, su pueblo natal. Un viaje
al que él mismo bautizó como el Retorno a la Semilla.
Para camuflar su investigación y, al mismo
tiempo financiar su recorrido, Gabo usó la fachada de vender enciclopedias y
medicinas puerta a puerta por los pueblos de La Guajira. De ese modo, conoció
la cotidianidad de Riohacha, ciudad en la que nacieron y vivieron sus abuelos:
Tranquilina Iguarán y el coronel Nicolás Márquez, hasta que se trasladaron a
Barrancas por la Guerra de los Mil Días. Allí nació Luisa Santiaga, su madre.
Al igual que Aureliano Buendía, personaje de
Cien años de Soledad, el también coronel Nicolás Márquez se ve en la difícil
situación de matar a un hombre en duelo, por lo cual huye de la venganza de los
familiares del occiso hasta que encuentra refugio en Aracataca; un pueblo cuyo
único acceso es por tren y donde lo nombraron inspector con autoridad sobre la
Policía. De ese modo, los Márquez volvieron a vivir tranquilos sobre suelo cataquero,
pero realmente sus mentes y sus corazones siempre vivieron en añoranza a La
Guajira.
Al convertirse Luisa Santiaga en una joven
hermosa y agraciada, se enamora de ella Gabriel Eligio García, telegrafista del
pueblo. Para tratar de apagar con distancia el romance, el coronel envía a
Luisa Santiaga donde sus tías de Riohacha. La estrategia no sirvió de mucho,
pues Gabriel Eligio, como telegrafista, tenía acceso a mucha información, por
lo cual terminó ubicando a su amada y, después de casarse, siguieron viviendo
en esta ciudad, donde fue concebido Gabo, hasta que faltando menos de un mes
para su nacimiento, don Nicolás y doña Tranquilina les pidieron que el niño naciera
junto a ellos.
Gabito nace entonces en Aracataca, donde es
criado por sus abuelos hasta los 9 años de edad. Durante todo ese tiempo creció
escuchando las anécdotas de sus abuelos en La Guajira. Historias que, a pesar
de sonar exóticas para personas de otros lugares, son simplemente la
cotidianidad de esta tierra dorada por el sol y el salitre.
Ese es el motivo por el cual, a la edad de 25
años, el ya escritor Gabriel García Márquez decide emprender una expedición por
todos los pueblos de La Guajira en búsqueda de conocer y reconocer sus raíces.
De ese modo, a través del realismo mágico,
Gabo encuentra las formulas estilísticas para plasmar las vivencias de sus
abuelos, las anécdotas de su madre y el universo de los Wayuu… historias que él
traslada de la realidad a la ficción y viceversa… El resultado: un mundo mágico
donde todo límite es disperso.
Esta es La Guajira, una región exótica y
deslumbrante, rica en paisajes naturales y culturales que constituyen un cúmulo
preciado para la creación artística desde múltiples áreas como el cine, la
música y la literatura. Esta es la tierra que García Márquez convirtió en
materia prima de su producción literaria y musa artística de carácter
universal. Esperemos que el descubrimiento y reconocimiento de esta realidad se
constituya como punto de partida para la promoción de nuevos procesos
artísticos que desemboquen en una gran revolución cultural de este rincón de
Colombia y del Caribe.
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